domingo, 25 de mayo de 2014

Taller de alfabetización literaria - Nana Nagle


Virginia Dávalos participó con sus poemas y cuentos en el libro: "Nuestro Alto Hospicio, con mirada de mujer"  Alto  Hospicio - Chile

Zona de parapentes


EL VIENTO DESPEINA  MIS CABELLOS
El viento  juega y despeina mis cabellos enmarañados
por tu ausencia,
el azul y violeta  se confunden con mi tristeza.
Esperando una mirada tuya, mis ojos se cansan
de contemplar el océano.

Serpenteando por los cerros desde Iquique a Alto Hospicio,
viajan en cubículos de metal miles de almas atormentadas.
yo soy una de ellas.

Tu sueñas con mis colores y yo con tu  cuerpo hecho mar,
siento tu olor, a tierra, a mar, a desierto,
es tu fantasma que me acecha.
En el último tramo diviso al dragón diciendo adiós




PAMPA, PAMPA, PAMPA

Virginia Dávalos Pomareda


El viento trae ecos de deseos inconclusos,
de voces diseminadas por columnas
de acero, es el pueblo que marcha certero,
hacia un futuro cierto.

Danza de mil colores sobre la pampa infinita,
El azul del cielo pregunta:
¿qué será de aquellos primeros rostros?
La sombra de los cerros responde:
¡sin duda la muerte los ha llamado
esparciendo sus raíces en suelos extraños!

Los otros, los de siempre: 
 seguirán amasando el porvenir, con sol y sal
del desierto.


  
“SANTA ROSA  O LA NEGRA”

Cabalgaron junto al viento
dejando atrás las espinas del dolor,
desgarrando sus agudas raíces ,
desterrados de sus bosques,
lamentos por lo que dejan, aun así
prevalece la esperanza.

Pueblo que nace en las entrañas del salitre,
que surge en el polvo sangriento de la pampa,
con sacrificios construyen la luna,
taladran el sol,
forjan en el arenal su vida,
esculpen su propia muerte,
germina la estirpe de nuevos guerreros del sol.




       Del desierto….
La mano furtiva
que trunco sus vidas,
no tenga perdón
ni en la Tierra,
ni en el cielo.

Del desierto nace el ángel vengador,
que convierte el dolor en rayos de sol,
la rabia en flores y
de cada una de ellas
surgen  catorce almas eternas.


En el grito amordazado

En el grito amordazado
de la noche,
acudo a lo eterno
llamándote con voces nuevas,
luz fugitiva, bailando sobre la miel.

Pasare de la oscuridad a la luz.
La injusticia estallara como un jarrón chino,
sobre el pavimento cortando mis cadenas.

Desde mi sangre vertida,
desde los muros de mi conciencia,
desde mi ser renovado,
desde mi último aliento invoco,
invoco tú presencia.




 OLIVAR    
Virginia Dávalos Pomareda

Como  oasis extraviado,
Sobre la tierra yerta,
Entre quebradas y lomas crecen los olivares.

Al margen de la cenicienta ciudad,
Se desparraman altaneros.
Bajo el signo maldito
de ser fruto de nadie.
Regados con agua impura,
su destino es la clausura.

En estas tierras soleadas,
el cielo anaranjado de la primavera de Hospicio,
trae  frescura  incierta de páramos desquiciados.
En el latido del viento atrevido,
solo pájaros cautivos pueblan este olivar perdido.





CAMANCHACA

Subo hacia el cielo con nuevos bríos,
al doblar la última curva,
se vienen desbocados los caballos del apocalipsis,
yo tiemblo al imaginar la ciudad del futuro.

La esencia del mundo en sus aulas.
El taller de pintura con su luz atrae
a las luciérnagas de la fe.

Abajo el mar, lo contemplo lejano, inaccesible.
 Mancha azul ni mar ni cielo solo el azul.
Tránsfugos  barcos danzan una luz fugas.

La camanchaca cubre los sueños, lo invade todo
pero no puede sustraerme de tu amor.
Tú me esperas en la última cortina de humo,
el silencio interplanetario se hace en ti.

Me esperas con el café servido.
en el calor de la ciudad de los sueños,
para refugiarme en ti,
para cobijarme en ti.



CADENAS DE DOLOR

Yo te invoco a romper las cadenas,
que te atan al placer,
que la diosa te concede bondadosa.
                                                                                                                                                                                                            Los avatares del destino te llevan lejos,
tus ojos se ahuecan de tanto mirar sin ver,
ella te denigra, te humilla,
pisotea tus sueños se ensaña con tu cuerpo,
y no haces nada por detenerla.

la diosa blanca,
borra tus alas de pájaro perdido,
tu vuelo desorbitado choca con las estrellas,
destroza tu voluntad contra tu ser,
la angustia vulnera tu alma,
yo invoco a las fuerzas telúricas
que acudan al rescate,
de tu alma moribunda.



 UN BOLERO PARA MI DOLOR

Es el eterno bolero
a este mi corazón solitario,
sin esperanzas,
que sangra por ti.

Mi amor no fue imaginario
tan real como la luna fue,
en el tiempo de las estrellas
existimos.

Fuimos uno en la naturaleza
hoy solo una triste canción.




Contemplación

Desde mi pedestal,
contemplo la armonía
del universo.

El ir y venir de la gente,
con sus pensamientos,
atrapados,
en la telaraña infernal
de lo cotidiano.

Mi destino es seguir
amándote más allá de
la muerte